jueves, 15 de noviembre de 2007


Fragmento de mi vida


Era 18 de septiembre del año 2000 y todo transcurría con normalidad como un día cualquiera. Yo tenía 11 años, cursaba sexto y en lo único que pensaba era en estudiar y pasar bueno. Me encontraba en guarne en un paseo del colegio; muy tranquilo disfrutaba con mis amigos en la piscina, jugando fútbol y otras actividades pero en el fondo recordaba que mi abuela estaba hospitalizada, que no se encontraba bien y que no era la primera vez que le sucedía, ya que ella sufría de la presión y había pasado por varias recaídas.
El paseo termino normalmente, llegamos al colegio y cada uno de mis compañeros comenzó a irse a su casa, cansados después de una tarde de diversión. Ese día mi papa me había dicho que me recogería pero ya no quedaba casi nadie y el no llegaba. Después de mucha espera, decidí irme para la casa de un primo que vivía cerca al colegio; allí se sorprendieron de verme, ya que como con el resto de mi familia, me veo muy de vez en cuando. Al llegar a la casa de mi primo y después de explicarle a la mama el motivo de mi visita, ella me pregunto: como así, ¿usted no sabe?; a lo que respondí: no se que, y ella me dijo: ¡la abuela se murió!, inmediatamente comencé a llorar, me sentía muy triste ya que mi abuela fue otra mama para mi por todo lo que compartí con ella.
Salimos para el hospital donde encontré a otras personas de mi familia incluyendo a mi papa, que me explico que había ido a recogerme pero no me había encontrado y tenia la razón; yo estaba en otra parte del colegio y no donde le había dicho a el que lo esperaría. Para mí en ese momento ninguna explicación tenía razón de ser ni era necesaria, ya que solo sentía el dolor de haber perdido a mi abuela.
Ella fue una persona muy especial para mí y me hubiera gustado tenerla con nosotros por mucho más tiempo.

Daniel villada castañeda.

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